Debido a las nuevas tecnologías de comunicación e internet, las noticias engañosas se han expandido por todo el planeta y provocan un peligroso círculo de desinformación, lo que da lugar a una cultura de la desinformación y la posverdad, términos que comentaremos a continuación.
Las redes sociales permiten que los usuarios sean productores y consumidores de contenidos y facilitan la difusión de contenido engañoso, falso o fabricado. El peligro de esto es que se comparte en cuestión de segundos, lo que provoca un conocimiento que ninguno se para a analizar. De modo que los usuarios de las redes integran todo tipo de información, sin filtrar lo que es verdadero y lo que es falso.
La posverdad es un término que ya aparece en la RAE; hace referencia a las circunstancias en que los hechos objetivos son menos importantes a la hora de modelar la opinión pública. Es información que apela a las emociones, creencias o deseos del público en lugar de a hechos objetivos. Predomina en la comunicación política donde la manipulación, las medias verdades o las mentiras construyen la base electoral o idea política. El mejor ejemplo de ello es Donald Trump; su estrategia política se apoyó en la manipulación de la verdad. La rápida difusión de las noticias falsas validan la información, los usuarios lo creen y se genera una idea política.
La desinformación en forma de fake news afecta intensamente a la democracia, erosionan la credibilidad de los medios de comunicación tradicionales, interfieren con el derecho de las personas de buscar y recibir información de todo tipo y puede aumentar el odio a ciertos grupos vulnerables de la sociedad.
Tipos de contenido
Según la Organización First Draft, existen 7 tipos de contenido erróneo:
- Sátira o parodia: no pretende causar daño o engaño.
- Contenido engañoso: uso engañoso de la información para incriminar a alguien o algo.
- Contenido impostor: tipo de información que suplanta fuentes genuinas.
- Contenido fabricado: contenido nuevo predominantemente falso, diseñado especialmente para engañar y perjudicar.
- Conexión falsa: cuando los titulares, imágenes o leyendas no confirman el contenido.
- Contexto falso: cuando el contenido genuino se difunde con información de contexto falsa.
- Contenido manipulado: cuando la información o imágenes genuinas se manipulan para engañar.
El periodismo deficiente, la parodia, la provocación, pasión, el partidismo, el provecho, el poder o la influencia política y la propaganda son las 8 ‘P’que aparecen en la mala información.
¿Cómo detectar fake news?
Chequeado verifica el discurso público y tiene una sección llamada “Falso en las redes” dedicada a chequear las noticias que circulan en redes sociales. Desde allí plantean seis consejos para detectar la desinformación y el contenido pernicioso:
- Desconfiar de títulos grandes y en mayúsculas. Apelan a la emotividad y genera interés en redes.
- Analizar la sección “Acerca de” o “About” del sitio. Aquellos sitios creados para difundir contenido falso no poseen esta sección o está incompleta.
- Chequear los links y las citas. Verificar las fuentes que tiene la noticia. Si los vínculos que se indican como fuente no funcionan o redirigen a páginas que nada tienen que ver con el contenido de la noticia, ya es sospechoso. Busca las citas mencionadas en Google para verificar que las declaraciones son reales.
- Desconfiar de URLs similares a sitios conocidos. Los creadores de noticias falsas utilizan el formato de portales verídicos conocidos para confundir al lector.
- Encontrar una fuente local y consultarla. Alguien que está en el lugar de los hechos puede proveer información crucial, y no se necesita ser parte de un medio con un corresponsal para hacer esto.
- Realizar una búsqueda inversa de imágenes. El contenido engañoso utiliza fotos fuera de contexto y que no se corresponde con las originales. Buscando esas imágenes en Google se puede desestimar una información presentada como cierta.
El arte de desmentir las fake news
Alexios Mantzarlis indica seis consejos para desacreditar noticias falsas una vez identificadas:
- No se debe hacer daño. Antes de desacreditar, hay que asegurarse de que no se están compartiendo rumores falsos.
- Utilizar búsquedas personalizadas. Para determinar la certeza de algo, empezar por una búsqueda personalizada en Google que solo se base en fuentes en las cuales uno confíe. La filtración de una búsqueda te ayudará a encontrar la verdad más rápido.
- Comprobar la imagen. Si usas Google Chrome, puedes arrastrar y soltar la foto en Google Images, así se comprobará si la imagen corresponde al hecho en cuestión.
- Se recomienda tener un motor de búsqueda humana: es decir, encontrar personas con las que se pueda consultar lo dispuesto para comprobar conclusiones.
- Encontrar a alguien local que pueda proveer el contexto crucial. Si no se conoce a ninguno, Twitter no solo propaga falsificaciones, sino que también cuenta con opciones de geolocalización, que pueden ser útiles para encontrar testigos. A través de estos canales, se pueden confirmar detalles simples pero cruciales, que ayudar a corroborar cualquier evidencia que ya se haya encontrado.
- No esperar que se pueda alcanzar a todos. Se dice que la desacreditación de las imágenes de los medios sociales es un esfuerzo que no llegará a ningún lado, similar a golpearse la cabeza contra una pared. La propagación de información falsa es un negocio real para algunos, y el verificador está luchando en un guerra desigual, pero no es una causa perdida.
Estaremos encantados de que hagáis comentarios, porque toda sugerencia puede ser un gran aprendizaje y estamos dispuestos a seguir aprendiendo.