La Covid_19 ha provocado un cambio en muchas áreas entre las que se encuentra la educación. El virus ha supuesto una redefinición de la educación donde se ha observado que se pueden llevar a cabo clases a distancia, pero también ha sacado a relucir el difícil acceso a los dispositivos electrónicos a través de los cuales se reciben las clases porque no todos disponen de ellos.
Esto solo es el principio, pero hay que tener protocolos en los que poder integrar una educación híbrida, es decir, presencial y online. Aunque bien es cierto que la online no debería ser la única porque más allá de los conocimientos que se adquieren en la escuela, las relaciones sociales son importantes para el desarrollo de los estudiantes y eso funciona mejor presencialmente.
Así, cabría mencionar algunas de las tendencias en educación dada la nueva situación.
- La programación
Es la alfabetización del siglo XXI. Saber programar mejora las aptitudes en matemáticas, lógica, comprensión lectora y creatividad. Les ayuda a comprender el mundo que les rodea y adquirir las competencias y habilidades más demandadas en el mercado laboral.
- La realidad virtual
La cultura visual es la que hace reaccionar a los estudiantes. El valor de la imagen en el siglo XXI es lo que marca el interés o desinterés del alumno. Los jóvenes usan la imagen en su tiempo de ocio y ahora también en su tiempo de estudio, lo que lo hace más atractivo para ellos. Los estudiantes recuerdan aquello que logran ver con sus propios ojos y experimentar mediante todos sus sentidos. Hace de la experiencia de aprendizaje algo muy divertido.
- La educación STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Artes, Matemáticas)
Se aúnan las materias educativas y el paradigma tecnológico. Unir ciencia y tecnología, aprender sobre la práctica, favorecer el aprendizaje productivo, entrenar la resolución de problemas, facilitar la retención de conceptos, mejorar la capacidad creativa y la comunicación, fomentar el trabajo en equipo o estimular la autoestima se logra empleando la educación STEAM.
- La educación híbrida
El modelo híbrido dejó al descubierto las vergüenzas de la desigualdad de oportunidades y la falta de preparación de buena parte del profesorado. Un buen profesor lo es porque es capaz de realizar muchas tareas simultáneamente; explicar de forma didáctica, motivar, gestionar la diversidad, identificar a los rezagados, conseguir que los alumnos desarrollen su curiosidad y las ganas de aprender. La tecnología no puede sustituir al profesor. Una vez familiarizados con el modelo online, se puede implementar un modelo mixto.
- Digitales sí, pero también responsables
La educación híbrida ha cobrado relevancia por obligación más que por convencimiento y llega para quedarse. Reclamar un uso seguro y responsable, poner límites, ya que no todo vale. Y no se trata de criminalizar la red, sino de que el alumno sea digitalmente responsable y que el uso que haga de la tecnología sea positivo y contribuya de manera activa al bienestar de las personas con las que se relaciona online. Hay que considerar la vida digital de nuestros hijos como una parte importante e inseparable en su educación y poner los medios adecuados para mejorarla. En cuanto al docente digitalmente responsable es quien en el marco curricular y hasta donde le alcancen las posibilidades, procura que su alumnado desarrolle las competencias necesarias en pleno desarrollo, tanto personal como digital.
- Poner al alumno en el centro
La educación personalizada y la construcción de aprendizaje significativo desde las habilidades del niño es una estrategia de aprendizaje que parte de cada alumno, siendo el docente un guía que tiene en cuenta las habilidades y competencias de cada uno de ellos, tanto en el aula, como en el centro escolar. El alumno es el protagonista. A los profesores les encanta hablar; sin embargo, los estudios revelan que cuando se cede el protagonismo al alumno y este participa de forma activa en el aprendizaje, su rendimiento aumenta por lo que, en la práctica, se deberían invertir los roles: hablar menos pero escuchar más a los alumnos y dado el caso, aportar la experiencia personal del docente; materia más pedagógica.
- La relación entre la familia y la escuela
Debido al covid, las familias se convirtieron en un actor protagonista del hecho educativo, ya que el hogar se convirtió en el espacio de aprendizaje y se vislumbraron las desigualdades escolares. Hay que contar con las familias, no solo como agente promotor sino también como receptor de las políticas educativas.
- El gran potencial educativo de la práctica y el prototipo
Cuando el conocimiento se pone en práctica, el aprendizaje es mucho más completo, se afianzan mejor los conceptos. Ofrecer talleres prácticos relacionados con lo que aprenden de manera teórica es una buena estrategia, muy motivante. Un ejemplo de ello es la creación de prototipos: levantar hipótesis, planificar y analizar resultados. Esto permite el desarrollo de proyectos a partir de ciertos requisitos, el usuario participa más activamente y tiene un mayor conocimiento del producto. Es lo que se conoce como movimiento “maker”.