Quienes tienen la juventud de su lado controlan el futuro
Hans Schemm, líder de la Liga Nazi de Profesores
Los niños son muy maleables y deberían ser moldeados para convertirse en buenos comunistas
Lilina Zinoviev
La educación consiste en distribuir la cultura, para que el hombre organice sus valores en su conciencia y a su manera de acuerdo con su individualidad
Kerschensteiner, pedagogo alemán
Propaganda tells people what to think whereas education teaches people how to think
Philip M. Taylor
Escritas estas citas, queda claro que propaganda y educación son conceptos distintos que en ámbito educativo hay que saber diferenciar. Su diferencia está en la intención comunicativa que mueve a cada una de ellas. Propaganda y educación tienen procesos comunicativos y la educación debería entenderse como un medio de defensa del educando contra la propaganda.
A lo largo de la historia, el sistema educativo ha sido utilizado por el poder para beneficiarse. La educación propagandística es la instrumentalización de la escuela por regímenes políticos, podríamos hablar de adoctrinamiento. Dos ejemplos de ello es el fascismo italiano o el nacional-socialismo alemán que han afectado a las materias de estudio, a los libros de texto, al control y a la selección de los docentes y de los estudiantes.
Para que la historia no se repita, el educador debe liberar a los niños de la influencia de la propaganda enseñándoles métodos que permitan hacer un juicio imparcial y fomentar el espíritu crítico.
La educación forma personas críticas e instruidas. La propaganda es insidiosa y engañosa.
La intención comunicativa, principio que genera el proceso de comunicación
La pregunta es: ¿por qué se genera una determinada comunicación?
La educación es un fenómeno comunicativo basado en la relación que se establece entre un educador (emisor) y un educando (receptor) y dicha relación está regida por una intención comunicativa específica.
La propaganda es un fenómeno comunicativo cuyo principio explicativo y definitorio es el poder.
De modo que un maestro hace propaganda cuando presenta favorablemente una concepción política. En cuanto la educación se orienta hacia la emisión de valores ideológicos favorables al poder, se transforma en propaganda. Así, una educación auténtica sería aquella que no predispone sus contenidos hacia la satisfacción de los intereses de instancias de poder organizadas.
La educación ve alterados sus fines formativos y críticos cuando es planteada como una herramienta de control social. El maestro debe estimular todas las capacidades intelectuales de los niños y jóvenes.
La esencia de la educación radica en el desarrollo del pensamiento libre del educando. La educación debe consistir en dotar de las herramientas y oportunidades necesarias para la realización personal.
Si se quiere que la educación no sea propagandística, el profesor debe reprimir sus propias tendencias políticas personales e intentar no promover ningún partido político específico en el contexto del aula.
Lo primero que debería hacer la acción docente es desarrollar una actitud escéptica ante el propio sistema social e institucional en que se ubica dicha acción. La primera labor del profesor es evitar todo contenido ideológico que introduzca en el aula un sesgo favorable a los fines de cualquier poder.
¿Cómo es la relación comunicativa entre emisor y receptor? ¿Dialógica o monológica?
En la propaganda, el flujo de comunicación es unidireccional (desde el emisor propagandista hacia el receptor), no hay un diálogo. Por ello, el discurso de un educador-propagandista no es dialógico, sino monológico y que la comunicación educativa es bidireccional entre emisor y receptor, es decir, dialógica.
Un modo dialógico de comunicación debería superar el unilateralismo de la voz del emisor y convertir la pedagogía de este en un estímulo de la imaginación y la motivación de los alumnos.
Desde el punto de vista de la intención comunicativa, la propaganda es un fenómeno comunicativo cuyo objetivo es el refuerzo de poder; por consiguiente, la intención de una comunicación educativa auténtica no debe regirse por la intención de la propaganda, sino por el desarrollo libre del educando.
La clave para distinguir el fenómeno comunicativo “educación” y el fenómeno educativo “propaganda” radica en la concepción que se tenga de la educación respecto al poder: si se tiene una concepción de la educación como generación, refuerzo o modificación de actitudes en beneficio del poder que domina una estructura social, no se puede emplear el término educación. Estaríamos hablando de “educación propagandística” o “propaganda a través de la educación”. Si, por el contrario, se tiene una concepción de la educación como fomento del pensamiento crítico y libre, sin mediaciones ideológicas a favor del poder, hablaremos de educación como el fenómeno que lo diferencia de la propaganda.