“Tú no te acerques a ese, no vaya a ser que te pegue… eso, lo de ser maricón”, “Mira, tía, eres una puta, no te acerques más a él”, “¡Qué mal huele! ¿Qué pasa? ¿Que los que sois de por allí no os ducháis?”
Estas son conversaciones que hoy en día tienen los más jóvenes. Bien es cierto que tal vez no sean las palabras las que más violencia generen porque nos encontramos en una sociedad donde los usuarios de redes sociales, básicamente en formato audiovisual, comparten sus agresiones a niñas, niños y otros jóvenes. Pero tanto esto como las conversaciones que hemos plasmado antes, predican con el ejemplo de que vivimos en una cultura violenta, luego emergerán más seres violentos.
Hay violencia en las calles, en los colegios y hasta en los medios de comunicación, lo que hace que los jóvenes crean que no se puede escapar de la violencia, que la violencia forma parte de la vida y habrá alguno que piense que nuestro mundo, nuestra ciudad o nuestro pueblo es un entorno inseguro. Estamos de acuerdo. Exponer violencia en los medios crea un mundo en el que no vemos más que violencia. Pero, ¿sería mejor que no nos llegaran esas noticias?
Puesto que vivimos en una cultura violenta. Hay que educar en la prevención de la violencia. Ese es el objetivo, pero para ello, aunque sea una ardua tarea, hay que hacerles ver qué es la violencia desde un lugar seguro como el colegio. Sin embargo, la educación corre peligro por la violencia, ya que en algunas regiones los propios colegios se convierten en objetivos bélicos y donde se viven episodios de violencia. Tenemos que seguir luchando, entender y acabar con esta realidad.
Los educadores tienen que hacer que los jóvenes entiendan la violencia y sepan por qué se genera. Y lo hacen, no cabe duda, pero así como tiene que haber una vacuna para el virus de la violencia, hay que expandir la educación en valores para la “no violencia”.
¿Qué es lo que desencadena un conflicto? ¿La injusticia produce violencia o la violencia produce injusticia? ¿Quién se beneficia de las guerras? ¿Crees que hay un “término medio” de violencia adecuado? ¿Qué papeles crees que tienen las emociones en la resolución pacífica o violenta de conflictos?
¿Qué futuros alternativos se te ocurren en un mundo sin violencia?
Estas preguntas sacadas de la guía #ASalvoEnLaEscuela de #UNICEF podrían ser respondidas si se reflexiona sobre la violencia. Tal vez sea este el camino para una educación libre de violencia.
Para una educación, como apuntábamos más arriba, es necesaria la participación infantil y juvenil, las voces de los niños son el avance hacia una sociedad como la que deseamos. Hay que dotar a los estudiantes de las competencias para entender la violencia donde la manera de dirigirse hacia alguien es clave (degradación, deshumanización, uso de estereotipos despectivos, burlas, bromas, discriminación y un largo etcétera).
Ahora bien, os planteamos lo siguiente; podéis dejar vuestros comentarios aquí debajo. Allá va:
¿Estamos educando en una cultura de la violencia? ¿No es el castigo una forma de violencia? ¿Sabemos identificar las distintas formas de violencia y agresión? ¿Podríamos poner ejemplos de nuestro entorno cercano?